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Habilidades

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Las habilidades que se adquieren jugando ajedrez son: 

La capacidad de concentración: el ajedrez es un juego en el que esta habilidad resulta fundamental para poder tener un buen rendimiento, el jugador debe estar atento a los movimientos del contrario y las relaciones entre las figuras para no perder información relevante.

La capacidad de planificación: de prever los movimientos del contrario y de planificar los movimientos propios para establecer una estrategia para alcanzar la meta final. Una buena planificación siempre implica una buena capacidad de control de los impulsos, por tanto este juego fomentará la reflexividad en contra de la impulsividad.

El razonamiento: la necesidad de valorar las relaciones entre las figuras, anticipar posibles movimientos del contrario implica el desarrollo de un potente razonamiento abstracto.

La percepción viso-espacial: visualizar el tablero en su conjunto, orientarse en el movimiento de las figuras y su disposición sobre el tablero.

Otro punto relevante: aunque no tan relativo a las habilidades cognitivas y común a la mayoría de juegos de mesa resulta la comprensión y respeto a los límites y normas del juego, aprendizaje que se debe trasferir al resto de juegos sociales y al aprendizaje social en términos generales.

¿Pero qué otras habilidades desarrollamos cuando entrenamos y jugamos ajedrez? Se habla comúnmente de las siguientes:

  • la abstracción

  • la visualización espacial y cronológica

  • la capacidad analítica

  • la intuición

  • la imaginación

  • la lógica

  • la concentración

  • la memoria

  • la atención

  • la capacidad para organizar ideas

  • la capacidad de decisión

  • la creatividad

  • la capacidad de autocrítica

  • la paciencia

  • la capacidad para comprender las intenciones del otro

  • modela la voluntad y estabiliza emociones

  • la lectura (indirectamente)

 

Habilidades para la vida: la práctica del ajedrez en el aula b

Alrededor del mundo muchas son las escuelas que han adoptado la práctica del ajedrez en sus aulas –en algunos casos, incluso como materia–, por las muchas ventajas que ofrece desde el punto de vista pedagógico, principalmente en cuatro aspectos: intelectual, de personalidad, social y de salud.

 

Ámbito intelectual:

 

  • Favorece el desarrollo de la capacidad intelectual.

  • Mejora la memorización, al tener que retener jugadas y movimientos a corto y largo plazo.

  • Eleva la capacidad de atención y concentración.

  • Mejora la capacidad de planificación, análisis y síntesis.

  • Mejora la agilidad mental.

  • Flexibiliza la fantasía y la creatividad, al tratarse de un juego en el que existe una amplia gama de movimientos y jugadas.

  • Desarrolla el razonamiento lógico-matemático, al tener que emplear una secuencia adecuada de movimientos, y la capacidad de pensamiento reflexivo, crítico y autocrítico, cuando se analizan las jugadas y los errores cometidos.

  • Desarrolla la intuición, puesto que en este juego hay que prever los movimientos del contrincante.

  • Fomenta la observación y la meditación.

  • Desarrolla la temporalidad y el espacio.

 

Ámbito social

Promueve la integración de personas con discapacidad, de diferentes sexos o razas, etc.

Enseña a saber ganar o perder, y a respetar a los rivales.

Enseña a respetar las normas.

Proporciona una visión más objetiva de las propias capacidades y de los demás.

Promueve el fijarse en los aspectos intelectuales antes que en los físicos.

Es un método económico y a la vez pedagógico de utilizar el tiempo libre.

 

Ámbito de la salud

Promueve la actividad mental y la potenciación de las aptitudes intelectuales.

Ayuda a generar un desarrollo ético y un equilibrio interior.

en construcción 

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